La traducción web es una de las herramientas más efectivas y eficientes de las que disponen las empresas para aumentar su volumen de ventas. Mediante una traducción eficaz se puede penetrar en nuevos mercados, aumentando el número de clientes potenciales al acercar nuestro producto y adaptarlo a su realidad cultural. Cuando una persona consume el contenido producido por una organización extranjera en su lengua materna, esta percibe un esfuerzo por mejorar la accesibilidad y hacer que los consumidores se sientan bienvenidos, aumentando las posibilidades de identificación con la marca.
No obstante, las buenas intenciones pueden verse truncadas por una mala ejecución, que lejos de producir los efectos deseados, puede incluso derivar en resultados perjudiciales. Si la traducción de una página web se realiza de manera incorrecta, es muy probable que se produzcan malentendidos, y casi siempre generará en el visitante una sensación de indiferencia y descuido. Por suerte, esto puede evitarse fácilmente siempre que tengamos en cuenta una serie de pautas.
Prescindir de traductores automatizados
La traducción automatizada es uno de los mayores avances en la comunicación, pero aún está lejos de ser una solución perfecta, y no reemplazará a los profesionales de la traducción en muchos ámbitos.
Por lo general, este tipo de programas tiende a ofrecer una traducción literal de las palabras, por lo que presenta dificultades a la hora de transmitir el mensaje original al no tener en cuenta la polisemia de palabras y expresiones o el contexto. Además, resulta imposible indicar qué estilo comunicativo es el más adecuado, produciendo un contenido que podría no ser adecuado a su receptor.
Contratar traductores nativos y localizar el contenido
Aunque ciertas personas no nativas puedan alcanzar un alto nivel en el uso de un idioma extranjero, raramente pueden competir con la fluidez y la naturalidad de alguien que conoce su lengua materna desde que tiene uso de razón.
Esto es especialmente cierto cuando precisamos de utilizar un lenguaje adaptado a una cultura local foránea, puesto que resulta muy difícil adquirir los regionalismos, frases hechas y referencias culturales mediante la formación. Para que la traducción web sea efectiva hay que localizar el contenido, de manera que este sea percibido como apropiado y relevante.
Ofrecer contexto
Es muy recomendable proveer a nuestro traductor de toda la información que pudiera resultar de interés para determinar el estilo comunicativo que debe utilizar. Esto incluye aspectos como la tipología del público objetivo, la identidad corporativa o la finalidad del contenido. De esta manera, se utilizará un lenguaje en línea con las preferencias del cliente potencial y los valores de la empresa.
Hacer una traducción integral
Uno de los errores que ocurren con mayor frecuencia es el de hacer una traducción parcial que afecta únicamente al contenido principal y deja de lado otros apartados. Esto puede generar una grave confusión en el consumidor, el cual se verá obligado a intentar descifrar cómo hacer uso de la página o incluso a abandonarla por completo.
Para llevar a cabo una traducción integral deberá de identificarse en primer lugar la totalidad del contenido, que también incluye elementos comunicativos como mensajes automáticos. Además, ha de establecerse un procedimiento de actualización, para que los nuevos contenidos sean traducidos de forma periódica.
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