A nivel cultural, los cómics han vivido un aumento de prestigio en cuanto al ámbito literario, ya que en un principio eran considerados como sub-literatura, literatura menor o solo dirigidos para un público infantil. La depurada técnica que envuelve a estas obras, así como su cada vez mejor narrativa, ha hecho de los cómics un género literario capaz de enamorar a personas de todas las edades y ser enormemente respetado por el público y la crítica.
El mundo de los tebeos, cómics y mangas crece en nuestro país de forma exponencial, siendo cada año un poco más demandado. Los cómics y mangas, principalmente estos últimos, provienen de la cultura japonesa, siendo el país donde más se consume dicho producto. Teniendo en cuenta que Japón es la principal potencia en este sector y que, por supuesto, Estados Unidos es uno de los grandes países en cuanto a infraestructura para su distribución y difusión en ferias o congresos, queda claro que los idiomas habituales de los cómics es el japonés e inglés. La mayoría de los cómics que se distribuyen en España son títulos u obras extranjeras, por lo que se requiere de la traducción de estos, llegándose a editar más de 3.000 obras extranjeras en el último año, un 75% más que los títulos de autoría nacional.
La traducción de cómics implica un plus de dificultad, encontrando un gran número de restricciones en su proceso. Una de estas restricciones que podemos encontrar en la traducción de un cómic, es la intervención de sistemas de comunicación que difieren al escrito, así sea como el visual. Este tipo de condicionantes hace que el traductor deba de conectar en todo momento aquello que lee con la imagen que le corresponde, haciendo su propia interpretación y realizando una traducción que quede culturalmente natural en el idioma en el que vaya a leerse y acorde a la trama que presenta.
Chistes, ironías, ematopeyas… todo esto no se puede traducir de forma literal, sino que el traductor tiene que encontrar la manera en la que algo similar se diga en el idioma de destino. Al igual que tiene que hacer que el texto fluya como nunca en este tipo de obras. Usar un lenguaje cercano, muy natural, de forma que al lector no le choque ninguna palabra ni expresión y siga inmerso en la historia.
Este tipo de traducciones significan una ruptura de las barreras culturales, tendiendo puentes y haciendo accesible cualquier obra en cualquier idioma.