La luna, el satélite que tanta poesía ha evocado al hombre desde que somos conscientes de su existencia, y donde cantantes como Frank Sinatra confinaron sus anhelos de amor. En el caso de la luna azul, la acción poética es aún más obvia, principalmente, por la maravilla visual que nos causa. Pero la luna azul o blue moon, no es solo poesía o fantasía, es mucho más que todo eso. Es una luna llena, concretamente la segunda en un mismo mes o cuarta en una misma estación, y por esta peculiaridad en el calendario, recibe el nombre de luna azul. Lo especial se encuentra en que este año podremos admirar este evento en 2 ocasiones.
El último suceso lunar del que pudimos disfrutar fue, por imposición, el más espectacular y “aristocrático” que veremos en mucho tiempo, denominado como la “superluna de sangre azul”. Antes de este evento, la última “superluna de sangre azul” vista data del 1866, hace más de 150 años.
En el caso de la luna azul tenemos un poco más de suerte, ya que se suele ver cada 2 años aproximadamente, siendo siempre la segunda luna llena en un mes, según el calendario gregoriano.
Pero ¿se tiñe de azul realmente nuestro satélite?
Lamentablemente tenemos que deciros que no, a esta luna llena se le atribuye el apellido “azul” por el simple hecho de su coincidencia en el calendario, pero no porque se torne de este color.
Aunque, debemos decir, que sí hemos podido ver la luna de color azulado en algún momento de la historia, pero en estas ocasiones el suceso estaba causado por incendios forestales o erupciones de volcanes, como en el caso del volcán indonesio Krakatoa.
Si no es azul… ¿de dónde proviene la denominación “luna azul”?
Más que “luna azul” los anglosajones medievales la llamaron “luna traidora”. Pierde un poco su encanto, pero así la definieron: “belewe moon”, para referirse a aquella luna que caía en primavera e implicaba que se alargara la Cuaresma y con ello, un mes más de ayuno.
Con el paso del tiempo, el término “belewe” evolucionaría en su pronunciación al actual “blue”, nada que ver con el significado social y religioso del origen del vocablo.
A pesar de que la realidad pueda comerse a nuestra imaginación y que la magia de pensar en nuestro satélite de la tierra cubierto de color azul sea mucho más espectacular, no deja de ser una luna especial, única e impredecible. Nosotros te recomendamos que no te pierdas su aparición el próximo 18 de mayo.