Con este artículo pretendemos dar a conocer el por qué del coste de las tarifas de traducciones juradas.
Los clientes nos llaman y nos preguntan de forma regular “cuánto vale traducir mi título”, “cuánto cuesta traducir una página”, “cuánto cuesta un solo documento”, etc.
Preguntar por el precio no es ningún tabú desde primera hora, y por nuestra parte es algo que damos siempre a conocer a nuestros clientes antes de empezar las traducciones por más que nos digan que podemos comenzarlas sin saberlo.
Para empezar hay que definir bien el idioma. No cuesta lo mismo una traducción jurada de inglés que una traducción jurada de ruso. Esto lo explica la ley de la oferta y la demanda. Al haber mayor número de traductores jurados de inglés que de traductores jurados de ruso hace que el precio suba de un idioma a otro en proporción a esto.
En nuestra empresa cobramos por palabra, nada de cobrar por páginas, ni documentos. Cobrar por palabra es lo más favorable para el cliente ya que puede beneficiarse de un buen descuento desde el primero momento, quedando en ocasiones el precio de una traducción de dos documentos dentro de nuestro cobro mínimo.
Además, de esta forma podemos realizar descuentos por partes visiblemente repetidas, y evitar que un cliente pague por una página un precio fijado, cuando quizás solo haya dos líneas en ella.
Por otra parte, una de las razones por las que una traducción jurada es más costosa que una traducción que no es jurada, es decir, que no necesita certificación, es por eso mismo, porque la jurada, llamada también oficial, lleva la certificación, firma y sello del traductor jurado.
Un traductor jurado, para que todos nos entendamos, actúa como un notario, en el sentido de que da fe de lo que ha traducido. Certifica que su traducción es fiel al texto original, dando validez legal a dicha traducción. Para ello ha tenido que formarse duramente para conocer en profundidad sus dos idiomas principales de trabajo (el materno y el otro), además de manejar a la perfección las especialidades que traduzca, que en caso de traducción jurada prima la rama jurídica y económica. Todo este esfuerzo se ve finalmente recompensado cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores te nombra Traductor-Intérprete Jurado.
Toda esta formación no es nada fácil y no todo el mundo lo consigue, y de hecho de quienes lo consiguen luego son pocos los que se dedican profesionalmente a emitir traducciones juradas. Y esta es la explicación de por qué una traducción jurada cuesta más que una que no lo es: por el valor de la figura del traductor jurado y por su carácter legal.