Si no ves la portada en inglés quizás no te des cuenta, pero la mayoría de nosotros, y más a los que nos encanta ver películas en versión original, estamos hartos de ver cómo las traducciones de títulos de películas no tienen nada que ver con el título de su versión original.
En este post, no vamos a hablar de lo que hablan todos, no queremos darte un listado y después criticarlo, aquí vamos a explicar por qué es tan difícil acertar con esa traducción.
Hasta hace poco, lo normal era que la distribuidora del país de origen pidiera a la del país donde se iba a emitir traducciones alternativas. Esta, en función del idioma y de los dialectos, enviaba varias propuestas entre las que elegir. Cada vez más vemos como esto está cambiando y los productores eligen el título que debe llevar la película en cada lugar (que empieza a ser el original).
Pero, ¿por qué en ocasiones las traducciones de títulos de películas son tan dispares entre su versión original y la traducida?
Porque es prácticamente imposible traducir los juegos de palabras y el sentido exacto que resuma lo que se quiere transmitir. En Knight and Day se jugaba con la pronunciación de knight (“caballero”) y night (“noche”) y en español se tradujo como Noche y Día, ¿podrías haberlo traducido de otra manera? The Fast & The Furious se llamó A todo gas, ¿quizás para que no se confundiera con un western de los de John Ford?
Prácticamente lo que se busca es un título que impacte en el idioma donde se va a proyectar la película. No importa que no tenga nada que ver con su versión original. En realidad no se está haciendo una traducción, se está buscando otro título que funcione en otro país con otro habla, por considerar que el hacer una traducción sin más del título original no va a dar resultado.
El cine es un producto, y como tal, su objetivo es el consumo. El título de una película va a ser uno de los aspectos decisivos a la hora de determinar si tal producto se vende o no. Tenemos que entender, por tanto, que la traducción de los títulos de las películas llevan tras de sí un proceso exhaustivo de, no solo traducción, sino de análisis y elección donde interviene un equipo de marketing.
La traducción en estos casos deja de tener una función meramente lingüística para pasar a tener una función pragmática donde exclusivamente se busca que la reacción del público de la lengua a la que sea traducido sea similar a la del público de la lengua original, y por tanto, las trabas lingüísticas y culturales en muchas ocasiones se solventan con la creación de un título que es totalmente distinto al original.
Los doblajes y subtítulos de películas son especialmente difíciles de realizar
Todo tiene que ser natural y creativo en el otro idioma, para que parezca tan original como el de verdad. En muchísimas ocasiones hay que transmitir expresiones y giros idiomáticos en otro idioma que puedan expresar lo mismo o lo más parecido posible, y hay que estrujarse la cabeza para conseguirlo. A eso hay que añadirle que debe de quedar lo mejor encajado con el movimiento de la boca del actor, por lo que su longitud tiene que ser especialmente estudiada y valorar si salirse del contenido de la versión original o jugársela con los tiempos.
Lo mismo ocurre cuando se le ponen subtítulos a una película. Aunque los estés leyendo en versión original o en tu idioma, rara vez va a coincidir con lo que de verdad se está oyendo. El por qué es muy sencillo, de nuevo la longitud, el espacio que se tiene en la pantalla para plasmar el texto es más reducido y además nuestra capacidad de lectura es más lenta que nuestra capacidad auditiva. Puede ser que alguna vez te enfades porque te das cuenta de que los subtítulos no coinciden del todo con lo que estás oyendo, pero si lo piensas, si quisieras leer exactamente lo que están diciendo a la misma velocidad, ¡simplemente no podrías!
Créenos, en la industria cinematográfica todo está estudiado al detalle, poco va a ser producto del azar. Ve tu película en versión original o doblada, con subtítulos o sin ellos, ¡y disfruta!