Cómo apostillar una traducción jurada

Cómo apostillar una traducción jurada

​ ¿Qué es y para qué sirve una apostilla?

La apostilla de la Haya es un método de verificación que permite certificar la autenticidad de documentos para dotarlos de validez legal en otros países. Este sistema agiliza en gran medida el proceso de legalización de documentos, ya que de lo contrario es necesario recurrir a entes diplomáticos como embajadas o consulados. No obstante, hay que recalcar que no certifica la validez del contenido, solo el hecho de que se trata de un documento real y oficial.

La apostilla recoge los datos generales del documento, como pudieran ser el país de emisión, la identidad del firmante o la institución emisora del documento. En algunos casos, también es posible obtener una apostilla digital, aunque no se encuentra aún tan extendida.

Este instrumento nace en 1961, año en el que 82 países firman el XII Convenio de la Haya. A día de hoy, el número de países adheridos supera el centenar, por lo que se trata de un certificado ampliamente reconocido.

Cómo apostillar una traducción jurada

Los traductores jurados no tienen la potestad para expedir una apostilla. La persona interesada debe de informarse sobre si es necesario apostillar sus documentos y acudir a la institución pertinente en función de su naturaleza.

Dependiendo del tipo de documento a apostillar, aquí hay algunos ejemplos de instituciones a las que acudir:

  • Documentos emitidos por las autoridades judiciales: deberá de acudirse al secretario de la Sala del Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de la comunidad autónoma.
  • Documentos autorizados notarialmente y documentos cuyas firmas ha legitimado un notario: el encargado será el Colegio de Notarios respectivo.
  • Documentos de la Administración Central (los ministerios y sus organismos dependientes): debe de solicitarse ante el jefe de la Sección Central de la Subsecretaria del Ministerio de Justicia.
  • Documentos públicos del resto de las administraciones: tanto la Sala del Gobierno del Tribunal Superior de Justicia como Colegio de Notarios tendrían la potestad.

Según el Convenio de la Haya, la apostilla puede redactarse en la lengua oficial de la autoridad que la expide. Aun así, se recomienda traducirla, puesto que facilita el entendimiento entre ambas partes y minimiza las posibilidades de que surjan contratiempos y malentendidos.

Cuando se precisa de presentar documentación en el extranjero, es necesario acudir a una agencia de traductores jurados autorizada. Desde Juridiomas trabajamos a diario para ofrecer traducciones juradas de calidad.

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